Aquí está el resultado tras unas horas de trabajo. El montaje fue bastante sencillo con el kit incluido. Se hizo una pequeña modificación al escape: se cortó el protector térmico y se reposicionó el deflector. Colocar la polea con el casquillo fue muy fácil, y el cable del acelerador quedó perfecto tras pensar un poco en cómo conectarlo al motor. Unos cuantos golpes de martillo, un agujero con el taladro y una soldadura por puntos para la guía de la correa, comprobé el nivel de aceite, llené el depósito de gasolina, tiré dos veces de la cuerda de arranque, ¡y listo!, ¡una nueva vida para la motoazada! Unas cuantas vueltas con la motoazada y todo listo para usar. Luego, unos retoques de pintura en las carcasas, su instalación una vez seca, y aquí está el resultado final. Ahora toca una prueba más larga y una mejor evaluación a largo plazo cuando mejore el tiempo. ¡Feliz jardinería a todos!





